Alcaldes con orden de aprehensión
Una vez más, el informe rendido por el auditor general del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), en este caso Lorenzo Antonio Portilla Vázquez ha pasado sin pena ni gloria, pues todo ha sido una aburrida recopilación de cifras, pero sin justificar que realmente se esté cumpliendo el objetivo de hacer que autoridades municipales y funcionarios públicos cumplan su función sin caer en excesos.
Ahora que en el Congreso del estado han surgido voces que demandan urgentemente que el nuevo titular del Orfis demuestre plenamente tener capacidades para desempeñar el cargo y que no tolere excesos ni abusos de alcaldes como los de Catemaco, Ángel R. Cabada y Lerdo de Tejada, que en todos esos casos tienen orden de aprehensión, y como si nada, por tener un fuero, es necesario que quien ocupe ese cargo demuestre firmeza, que no le tiemble la mano ni se preste a componendas para tolerar estas situaciones.
Es insólito que al presidente municipal de Catemaco le aprobaron un préstamo de casi 11 millones de pesos.
Es hora de que el Orfis demuestre que no es un “elefante blanco”, inútil, bueno para nada, sino una instancia confiable, que devuelva a los veracruzanos de que alguien se preocupa realmente por el correcto manejo de los recursos que, finalmente, provienen del mismo para ser utilizado en mejoras, y no para enriquecer a pillos y funcionarios cómplices.
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