Florence Cassez libre, pero no inocente
*libre por errores y ciertos tecnicismos. Nunca por inocencia plena
Por El Ingobernable
No han pasado todavía sesenta días desde que cambio el gobierno de la República y ya se sienten los primeras pifias y rambalazos en su contra. Y es que, los excesos durante el pasado sexenio han estado a la orden del día. Como nunca antes, la justicia mexicana estuvo en manos de cancerberos e ignorantes, así parece, que hicieron de ella el más sucio bote de basura; aunque ellos mismos estuviesen destinados para el depósito de la peor de la peor de las basuras.
Líneas más, líneas menos, una ciudadana extranjera ha servido para limpiar con heces lo que pretendieron vender para condenarla por una serie de hechos que no encuentran perdón ni dispensa, así se haya tratado de los peores excesos, nunca comparables con los horrores de quien vive un secuestro o la violación constante contra su vida o natura. Durante el alegato que suspendió su condena, nunca se habló de inocencia. Nadie habló de eso, no cabe duda de que los franceses bien conocen las deshilvanadas leyes mexicanas.
Florence Cassez, la francesa condenada por las leyes mexicanas, ha salido libre por errores y ciertos tecnicismos. Nunca por inocencia plena. Ya nada más falta que se le considere noble y de una naturaleza poco humana, al sobre poner las fallas de la justicia mexicana y colocarla por encima de principios que no deberían mitigar ninguna pena, y menos corporal, como fue el caso que hoy nos ocupa y donde el Estado Mexicano no salió bien librado, al resultar condenado por obvias circunstancias. Tenemos un sistema judicial imperfecto y poco justo. ¿Fue o no Cassez amante de un secuestrador? De eso no quedan dudas. Pero la justicia es para quien tiene o puede pagarla.
Ya se había comentado en este espacio de reflexión política que la liberación de la ciudadana francesa generaría una y mil condenas en contra de la justicia mexicana; siempre acorde con los gobiernos en turno y donde lo político siempre se antepone al ordenamiento estrictamente jurídico. Y es que, Florence Cassez salió libre por tecnicismos y no por inocencia.
Florence Cassez ha salido libre, pero no es inocente. Siempre tendrá manchado el expediente pues este quedó incompleto en lo jurídico. Es tanto o más culpable que el criminal con el cual se le involucra en sus largas horas de amor y plácido romance. Ese y otros detalles deben quedar muy claros, cada que se mencione su nombre, aquí o en Francia o donde se le mencione por su nombre. Los tecnicismos no deben ser motivos o argumentos para anteponer supuestos derechos a criminales en potencia.
Hace ya muchos meses que leí una serie de hechos desagradables, narrados por una de las víctimas. Seguramente esas conversaciones nunca fueron leídas y menos consideradas para solicitar la revisión o anulación de la sentencia. Lo hecho o actuado por la ex convicta ya es cosa juzgada y sin tener derecho ha quedado en libertad. Al fin y al cabo igual sólo se trató de ver un acostón entre la víctima y su amante. Y no se conocieron más detalles. Pero al amante ahí se le tiene, a la mano y en un reclusorio donde se le puede cuestionar.
Florence Cassez llegó a México como turista. Supuestamente. Se involucró, de inmediato, con grupos criminales de gran impacto económico. Aprendió español en los bajos mundos y seguramente se especializó en los errores propios de la justicia mexicana. No se pueden creer sus argumentos de inocencia, aunque los otros sean contundentes, así sean verídicos en un cien por ciento.
La indignación es hoy la misma, de antes; no importan de donde vengan los viscerales argumentos. Nadie en México está contento, salvo ella y su ahogado, seguramente.
Parémonos y detengámonos frente a la pared y leamos varias veces la palabra justicia, dado que ese tipo de errores no los podemos comparar para caer en otros errores mayores y castigar a la aplicación de la justicia por si sola.
Si hubo excesos por parte de quien representaba a la autoridad, ese tipo de excesos no sirven para juzgar a la justicia y menos soslayar a un criminal de sus actos inhumanos. ¿Cuál es el perfil sicopatológico de la señora Florence Cassez? Nunca nos lo presentaron, y menos con la crudeza que ameritaban los hechos.
Sea como sea, mucho alboroto habrá en México y en Francia. Y sin duda habrá que felicitar a los ciudadanos de la República Francesa, que está vez si superaron a aquellos que armaron un gran alboroto con la Guerra de los Pasteles, hace más de 150 años. Pero una cosa si debe quedar clara, la señora Florence Cassez para nada es inocente. Sólo está libre para hacer lo que le venga en gana.